

Mucho se ha dicho que el arte como la vida es meditación, recogimiento y sinceridad, hay que añadir que de igual manera es una lección de tenaz esfuerzo. A esta trayectoria espiritual responde la intensa vocación de Hermenegildo Sosa. Ar'sta con innato y penetrante sen'do de la observación, el largo paso de los años dedicado a la pintura avala este acierto. No hay duda que es poseedor ya de un producción cuan'osa y de reconocida calidad. Creación inseparable a su biogra\a, entreverada con su propio ser, como resonancia personal; se compromete así a pintar sus diversas vitas y disímiles regiones, dando a sus seguidores y devoto público la armonía y la concordancia entre paisaje y hogar, rindiendo de tal modo homenaje a nuestra naturaleza.
ELISA GARCÍA BARRAGÁN